México, el eje logístico del mundo

By julio 17, 2019 julio 27th, 2019 blog

Su cercanía geográfica con Estados Unidos lo coloca como una importante plataforma de exportación; el desafío de los empresarios es aprovecharla.

México, para muchos (incluyendo al saliente presidente que lo ha mencionado en más de un discurso), puede convertirse en el polo logístico del mundo. No es sólo la cercanía con Estados Unidos, sino su ubicación relativa en el globo terráqueo.

El país tiene un litoral marítimo muy extenso, pero además la interconexión terrestre entre los océanos Pacífico y Atlántico es de horas (72 o 96), lo que frente a los tiempos de transporte que se requieren para cruzar los dos grandes océanos, hace de este nodo una auténtica “panacea”, siempre que se entienda como funciona la logística.

Es recurrente escuchar de la “sociedad del conocimiento”. Una proporción importante de la población, mayormente concentrada en países de primer mundo, desarrolla tareas que requieren un empleo avanzado de capacidades intelectuales.

Es patente el ejemplo de las universidades de Estados Unidos (EU): su cometido es capacitar profesionalmente
a la juventud. Su misión no termina allí, muchas de ellas realizan investigación al más alto nivel, influyendo en el desarrollo económico del mundo.

“La oferta que hay de servicios logísticos permite imaginar nuevas tierras”.

 

Una visita a Boston permite apreciar este enorme impacto económico de la investigación, simplemente visualizando los edificios de empresas que rodean a universidades como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y Harvard: hay una interacción intensa entre ambos mundos.

¿Qué podemos aprender de esto en México y América Latina? y ¿qué pueden aprender las empresas? La logística, su desarrollo, tiene mucho de aprendizaje. Si uno analiza su evolución en la historia, advertirá cómo la paulatina incorporación de conocimiento ha dado lugar a una notable generación de valor per se, simplemente por aplicar conocimiento y acumularlo (el activo más barato de reproducir y el más útil para generar valor sin capital).

Desarrollar una compañía logística a partir del conocimiento puede ser un gran negocio. Un ejemplo simple muestra como se genera este valor. El “inventor” de los contenedores, un transportista terrestre, decidió que el modo de transportar productos se podía mejorar. Así creó una importante empresa de transporte marítimo —es anecdótico que ésta haya quebrado—y revolucionó la logística como se conocía en ese momento. La lista de “genialidades” podría extenderse por páginas.

¿En qué le puede interesar esto a un transportista mexicano? La logística en México es un gran negocio internacional. Aun asumiendo que las “empresas-camión” son legión, la oportunidad que tiene un transportista de generar vínculos y negocios agregados es inmensa. Las posibilidades de combinar o agregar servicios (ser agente aduanal, tercerizador, combinador de servicios logísticos o incluso planificador de inventarios) son prácticamente ilimitadas.

¿Qué es necesario para profesionalizarse en servicios logísticos? Lo primero es decisión. Agregar valor, aumentar el valor de lo que uno presta es parte de la estrategia. Un operador logístico —no digamos de primer nivel, sino mediano o pequeño— está en condiciones de ahorrarle bastante dinero a una empresa simplemente aplicando el know how que está disponible en el mercado. Debe saber, desde luego, como organizar y dar un vector de servicios que agregue valor a las compañías.

¿En qué interesa a las empresas esta virtualidad potencial logística de México? A un empresario medio, que sea capaz de visualizar esta ubicación única del país en el mundo, se le presenta la oportunidad de combinar opciones para abrir nuevos mercados.

El mexicano es por sí mismo un gran mercado para muchos. Pero la oferta, compleja y abundante, que hay de servicios logísticos le permite imaginar nuevas tierras. No digamos el obvio camino que muchos ya han tomado, que es exportar a EU.

Las combinaciones siguen a Asia, América del Sur y Europa. Recrear mecanismos de tercerización que aseguren servicios de transporte y localización (la eficacia de un servicio logístico se mide no sólo en velocidad, confiabilidad, flexibilidad y costo sino en trazabilidad y capacidad de generar sinergias empresarias) es un desafío abierto a todos. La oportunidad de lanzarse a ello es una decisión de cada uno.

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